sábado, 28 de septiembre de 2013

Londres Septiembre´13

No se puede ir dejando de lado el blog, que luego cuesta retomarlo muchísimo, y tengo muchas cosas que contar desde la última vez. Para no adelantar acontecimientos, que luego me tomo mi tiempo para volver a escribir, hoy sólo os voy a contar mi viaje a Londres del 11 al 16 de septiembre, que no es poco para una entrada.
Para empezar, he de decir que no era la primera vez que iba a la capital británica, ya había visto unas cuantas cosas, pero siempre a prisa, y sin saborear muy bien lo que estaba viendo. Esta vez tampoco es que me haya tomado mucho tiempo en cada sitio al que he ido, pero he sabido elegir los lugares que más me interesaban, y entre los días de lluvia, que era septiembre y había menos turistas, el clima era más bien relajado.
Todo el viaje lo organicé yo, aunque fui con mi pareja, pero me encanta hacerlo yo, y además que me viene bien para un futuro, cuando trabaje en una agencia de viajes. Sólo hay que echarle un poco de tiempo e ilusión.
El vuelo lo cogimos con Rumbo, y volamos con Iberia desde Barajas, aunque los billetes los vende British Airways como ya sabréis. La ida y vuelta nos salió a 150 euros, llevando los dos bolsa de mano y una maleta, mochila y bolso colgados, y sin problemas, no como con otras compañías que te cobran por respirar, eso si, con  el billete "más barato". Por supuesto llevabamos algo de dinero en efectivo, yo sólo pedí 100 libras en el Santander, y me hicieron el cambio a 0.8 aproximadamente, así que no fue muy caro. Nada más llegar pagamos el billete de metro hasta donde nos hospedábamos, Hammersmith, que estaba bien conectado con Heathrow y a 20 minutos del centro. El precio del billete fue de 5, 50 libras, y la travelcard para 7 días (sólo hay de 1,5 o 7 días) fue de 40 libras.
El hotel, de 3 estrellas cumplió con lo que se esperaba de él para 5 días de estancia: habitación doble y baño con ducha, lavabo y váter, desayuno incluido y buen servicio. Os invito a que lo conozcáis si vais a Londres, pues la mayoría de los hoteles/hostales son casas del año 10 reconvertidas, y que distan mucho de lo que se espera de un alojamiento de calidad. El precio al que nos salió fue a 380 libras aproximadamente. Os dejo el link del hotel :), el Saba:
http://www.booking.com/hotel/gb/saba-london.es.html
Pd: aunque mucha gente se queja de que no le pusieran el edificio principal, el edificio secundario no tiene ninguna pega, lo único, que sepáis que no tiene ascensor, por lo que espero que os toque en la primera planta. Está próximo a unas vías de tren del metro, pero no impide dormir por las noches, además que a las 12 cierra el metro.

Ahora bien, vamos con el plan de las excursiones:

El miércoles nada más llegar y dejar las cosas en el hotel, acuciaba el hambre, y no eran ni la 1, así que apetecía probar algo de la zona. El wagamama es una cadena de restaurantes tipo Wok, con precios asequibles y platos atractivos, so there we go!
Udón de jenjibre y lima
Pollo al curry con arroz y ensalada
Y ya con el estómago lleno no ibamos a desperdiciar el día descansando en la habitación, así que la primera parada fue el Natural History Museum, un sitio increíble, no sólo por lo que alberga, si no por la propia arquitectura del edificio. Este museo es una visita OBLIGADA si vas a Londres, y no os preocupéis, porque se ve en hora y media, tampoco hay que pasar el día allí. Por cierto, por si no lo sabíais, la entrada a cualquiera de los museos es gratuita :).
Como Harrods quedaba a tiro de piedra y nunca pude pasarme las anteriores veces que estuve en la ciudad, me pareció una buena idea. Choca la idea de los centros comerciales en España, y ver cómo los ingleses le dan un toque de glamour y distinción a todas sus tiendas. Si queréis algo de papeo no es muy caro, pero si compráis dulces, ropa o cualquier otra cosa, os arruinaréis, mejor no mirar los precios.
Harrods

El jueves apetecía ir a Hyde Park y al British Museum. Lloviznaba y había preparado un maratón en el parque (no sé cómo lo hago pero siempre voy el día que los organizan u.u), lo bueno es que no había mucha gente paseando, sólo gente corriendo. Como no conocía Carnaby Street ni Covent Garden dimos una vuelta por allí y aprovechamos para ir a comer a Wahaca, una cadena de restaurantes mexicanos bastante auténticos, en el cual esperaba comer insectos, pero para mi desgracia, en ese local no lo hacía, y además ya no servían desde agosto :(. Aun así, la comida deliciosa, aunque acabé saturada para una tarde de museo. Nosotros elegimos una selección de platos del restaurante por 20 libras, sin incluir la bebida.


En el British sí que se encontraba gente, sobre todo japoneses en hordas. El museo fue espectacular por la importancia de sus obras, pero como dije con el Natural History Museum, no hace falta echar el día, hay que saber dónde pararse a mirar y de qué pasar. Me quedo con las momias egipcias y los murales de piedra del período asirio.

Y por fin llegó el día que más deseaba, y es que mirando por Internet un día descubrí que se hacían visitas guiadas al cementerio de Highgate, y sí, soy una loca de los cementerios, pero sobre todo loca de amor por este, su historia, su ubicación y su impresionante arquitectura. Las excursiones tenéis que contratarlas con antelación, porque parece que no, pero se venden todas. Todos los días de lunes a viernes se hace el tour guiado a las 13.45 con un guía, muy agradable y muy brit por cierto, pero eso sí, las explicaciones las da en inglés. Los sábados tienen varios horarios. Os dejo el link para las reservas.

http://www.eventbrite.co.uk/org/2895228721

Lo llamativo de este cementerio es que se encuentra lleno de vegetación, con unas hermosas esculturas de ángeles y cruces celtas. Los mausoleos no tienen parangón, pensad que se empezó a construir en el siglo XIX siguiendo el modelo victoriano, y la gente que allí era enterrada eran la élite de la época, por lo que no reparaban en gastos. Caben destacar la avenida egipcia del cementerio oeste, y la tumba de Karl Marx en el cementerio este.



Como el horario es un poco complicado para comer, lo que hicimos fue ir primero a Baker Street a ver el museo de Sherlock Holmes, y hacer la foto de rigor, pero por esa zona había poco que ver, así pues con las mismas nos fuimos a Camden, que nos venía bastante bien para luego ir al cementerio. Aunque personalmente siempre me apetece dar una vuelta por Camden, considero que ha perdido toda la gracia, convirtiéndose en otro sitio de turisteo, cuando originalmente era un lugar bastante alternativo y cosmopolita. Después de ir de tiendas fuimos a comer algo para llevar, más pollo curry, aunque no estaba ni la mitad de bueno que en cualquier restaurante, era bastante barato.

Al final nos pilló la hora y tuvimos que salir corriendo, cogimos el metro hasta Archway, desde donde teníamos que coger un autobús para cuatro paradas hasta la zona más cercana al cementerio, y una cosa que no había previsto, atravesar un parque para dar finalmente con el sitio. Mi recomendación es que vayáis con tiempo, no como nosotros (la culpa fue mía, Camden me absorbe >_<), el guía y la conserje nos esperaban en la puerta, pero por suerte, no eramos los únicos en llegar tarde.

El día fue muy interesante, pero muy cansado, acabamos volviendo al hotel casi a las 6 de la tarde, ya que después de la visita guiada nos fuimos a la parte este a ver el resto de tumbas, y ver al señor Marx. 
En vez de irnos a dormir, tuvimos la maravillosa idea de ir al Electric Dreams a una sesión de música ochentera, y no sólo no encontramos el local (los ingleses ponen los números de las calles al tuntun), si no que nos cayó todo el chaparrón, que acabamos caladísimos, y lo único que encontramos fue el McDonald de turno abierto. Para el colofón, los taxis no paraban, y la gente no tenía ni idea del sitio por el que preguntábamos, tanto es así que el mismo puerta de la discoteca nos dijo que no era allí, y nos tuvo dando vueltas una hora...Un taxista se compadeció de nosotros y nos llevó de vuelta al hotel por 35 libras, un horror de noche vamos.

Al día siguiente no teníamos muchos planes, sólo salir de noche con una amiga que vive en Inglaterra y conocí la vez primera que fui allí para estudiar. Fuimos tranquilamente a Camden, a ver ropa con más calma, y esta vez comimos en condiciones, sentados en un restaurante. Personalmente, es el restaurante más auténtico y raro en el que he estado, el Shaka Zulu, un oasis de tranquilidad en medio del frenético Camden. La comida es sudafricana, y todo lo que alcance tu vista, tanto las paredes, como las mesas, las sillas, el techo... está trabajado en madera con tal esmero que podría pasar por un museo étnico. El restaurante consta de dos plantas y tiene colosales dimensiones.
Me moría de ganas de ir a este restaurante que descubrí hace años, no sólo por probar el estilo de comida sudafricana, si no también para probar diferentes carnes a las que no estamos muy acostumbrados. A modo de snack nos sirvieron una especie de fuet de búfalo, algo seco pero rico, y para continuar nos pedimos un entrante de cocodrilo, algo así como unos rollitos de primavera, muy sabroso (sabía a pollo).

Brochetas de pollo con albaricoque y salsa de melocotón

Pastel de carne con  basmati especiado y salsa de melocotón

A la noche salimos al Slimelight, la discoteca gótica por excelencia, y pese a todo el renombre que tiene, me pareció que la música que pusieron era para amansar a las ovejas, y ya es decir. Pero fue una buena ocasión para ver a mi amiga.

El "último día en la ciudad" nos dispusimos a ver la Torre de Londres, más que nada porque es de esos sitios que tienes que ver aunque sea de pasada cuando vas varias veces a la misma ciudad. El precio de entrada es bastante caro para lo que ofrece, entiendo que sea elevada por las joyas de la corona, la seguridad, etcétera, pero se suben mucho. La entrada nos costó 40 libras para dos adultos, y la compramos con antelación por la web, y creedme cuando os digo que se ve en hora y media.
Una vez salimos de allí, quedamos con mi amiga y otro amigo suyo para ver la iglesia de Saint Dunstan Hill, cercana a la parada de The Monument. Es un sitio muy especial, pues jamás la vereis incluida en un catálogo o en una guia de cosas para ver por la ciudad. Me topé con ella mirando por Internet sitios abandonados o medio derruidos, y de ahí su belleza, una iglesia gótica que fue consumida por las llamas en el gran incendio de 1666, y posteriormente por un bombardeo en 1941. Pese a ello, parte de la arquitectura se conserva intacta, y la vegetación encuentra en ella cualquier rincón para crecer.



Para acabar el día fuimos a cenar a un restaurante estilo hindú en el que servían insectos, lo que no sabíamos es que estaba cerrado, así que medio moribundos de andar y correr de un lado a otro, llegamos a Chinatown en el Soho, y nos clavaron en un restaurante muy céntrico, pero muy caro para comer lo mismo que en Madrid.

Nuestra aventura termina en Heathrow el lunes 16 de septiembre con una larga y exhaustiva revisión de la maleta donde llevaba un desodorante, y un yogur en el bolso. Nos dejaron tan poco tiempo para comer en el aeropuerto antes de volar que engullimos la comida del Giraffe, una cadena muy Vips, pero con comida étnica. Pedimos un plato mediterráneo-griego con hummus, falafel... y unos nachos. Bueno, bonito y barato.

Ya sé que esta entrada es muy extensa, pero espero que os haya dado una idea de que Londres no es sólo el Parliament, el Big Ben y el London Bridge, y os anime a buscar sitios nuevos que guardar en vuestra retina. Ha sido una experiencia genial, aunque hemos descansado poquito y las piernas se resienten de tanto andar, pero si quereis hacer un turismo activo y no subiros a un autobús que os haga el tour, es lo que hay que hacer, moverse.
Espero que os haya gustado, y espero contaros pronto muchos otros viajes más.
¡Nos vemos!