Acabo de sacar de una caja un libro que leí hará dos
años y me encantó, así que decidí compartirlo con vosotros, se llama El sueño
del celta, y está escrito por el Nobel de literatura Mario Vargas Llosa. En él
se hace un repaso por la historia de la colonización de los europeos en África
y América, a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando ya se
consideraba extinguido el comercio de esclavos, pese a que se seguía explotando
a población indígena en gran parte del mundo. El libro relata la vida de Roger
Casement, político irlandés y cónsul del Imperio británico, director de una
investigación de Asuntos Exteriores en tres espacios: en primer lugar en el
Congo Belga, posteriormente en La Amazonía peruana, colombiana y brasileña, y
por último en Irlanda.
Casement será un arduo defensor de los derechos
humanos de los nativos en las colonias de las grandes potencias europeas,
viajando a aquellos lugares en los que se extendía el rumor de cometerse
atrocidades. Se adentra en las selvas del Congo y el Perú, donde importantes
compañías extraen el caucho y látex, material indispensable en aquel momento
para el uso en neumáticos, entre otros, en una época marcada por la competencia
entre las potencias, sus industrias y colonias, en resumen, por productos.
Roger Casement irá apuntando escrupulosamente los
testimonios y sucesos, realizando casi continuamente excursiones para conocer
tanto el proceso de las correrías, es decir, el momento en que se obligaba a
los nativos a ponerse al servicio de la cauchera, como la burocracia y el día a
día.
Con el primer viaje al Congo, Casement se dará
cuenta de que no habrían llegado al continente negro a mejorar las condiciones
de vida de los habitantes, ni a proporcionarles una educación, hasta entonces
creía que el colonialismo se justificaba con el cristianismo, civilización y comercio.
Se tardará mucho tiempo en reconocer de manera uniforme la labor humanitaria e
histórica del irlandés, debido al carácter homosexual de algunos
textos privados de Casement y a la implicación de su persona en la independencia del Eire.
Gracias a los documentos y al buen escribir del
autor, se consigue que nos pongamos en la piel de los esclavos. Invito a su
lectura pues supone un gran enriquecimiento geográfico e histórico, y por qué
no decirlo, espiritual. Este libro nos enseña
la importancia de no dejar en el olvido todas aquellas tribus, familias,
poblados que sufrieron de las adversidades y su desaparición, de las cuales
tenemos escasos pero valiosos recuerdos, y nos han demostrado el valor de la
libertad.
Podeis encontrar el libro en cualquier
establecimiento, la editorial es Alfaguara, y como soy una defensora de usar
libros de segunda mano antes que comprarlos, os diré que en La Casa del Libro,
entre otras, lo encontrareis a precios muy económicos ;).
Espero vuestras
críticas.
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