lunes, 30 de junio de 2014

Barcelona, imprescindible conocerla

Hola de nuevo, ya llega el verano y es tiempo de vacaciones, qué mejor momento de animaros a viajar contándoos mi paso por esta bella ciudad. Había ido a Barcelona con anterioridad, pero era tan pequeña que no tenía recuerdos aunque sí muchas fotografías, y ya era hora de volver para poder degustar la experiencia. Esta Semana Santa decidimos quedarnos en España y recorrer Barna de principio a fin en cuatro días, y creedme cuando digo que tan sólo una mañana, con buena organización y paso ligero se ven la mitad de las cosas.

Desde muy niña he sido una apasionada de Gaudí, y son varias las ciudades y edificios diseñados por este arquitecto que me han motivado a conocerlo en profundidad. El Capricho en Comillas, el Palacio Episcopal de Astorga y la Casa Botines de León, son algunos lugares representativos del artista que ya había visitado, pero es sabido que la cuna de sus obras es Barcelona, así que a ¿qué esperamos?




Otras razones para regresar a Barcelona son el olor del mar en una terracita en la Barceloneta, la ingente cantidad de edificios emblemáticos que podemos descubrir en diez minutos de paseo por las ramblas, paladear la gastronomía catalana y los excelentes vinos del Penedés en el mercado de la Boquería o en la plaza de toros de Montjuic, y así un sinfín de motivos.

En este post os explicaré la mejor manera de conocer Barcelona para que aprovechéis al máximo vuestra estancia sin dejar de lado la vida nocturna o que tengáis que despertaros con el canto del gallo.

***Consejo número 1: Comprad la tarjeta Hola Barcelona para usar el metro, autobuses y tranvía a un precio razonable. Si lo hacéis online os beneficiáis de un 10% de descuento, independientemente de la duración del viaje, podréis recogerlas en la estación de Sants.


***Consejo número 2: Si vais en tren tomad el primer AVE por la mañana, los precios son bastante más económicos y aprovecháis el día llegando allí a las 9:20 am.

***Consejo número 3: Lo más probable es que vuestro hotel esté situado en la Diagonal, que es la avenida más larga de Barcelona, pero tened en cuenta la distancia con la parada de metro más cercana y las líneas de autobuses que circulan por la zona para no tener que daros el palizón a patita todos los días.

Nosotros reservamos en el Hesperia Presidente a un precio muy competitivo, un hotel de cuatro estrellas, con habitaciones muy cuidadas y un buffet elaborado para el desayuno, por lo que lo recomendamos sin dudarlo. Se encuentra a 8 minutos del metro Diagonal y tiene buena conexión con las líneas de autobus, que pueden llevaros a Sants,o a la Sagrada Familia entre otros lugares.



Día 1:
Aprovechando la cercanía de nuestro hotel en el metro Diagonal, nos dirigimos a la Pedrera, ya que habíamos comprado unos tickets para observar desde la azotea toda la ciudad, es un sitio singular e irrepetible que merece la pena, y preferimos esta opción a visitar la Casa Batlló. Dentro del edificio pueden recorrerse diferentes estancias con el mobiliario típico de principios de siglo XX, así como maquetas de diferentes obras de Gaudí. Aunque la entrada comprada por Internet tiente una hora fijada, es orientativa, podéis pasaros antes y adelantar.



A sólo dos paradas de metro se encuentra la Sagrada Familia, que me tenía bastante intrigada y me dejó con muy buen sabor de boca, esta basílica destaca por sus grandes vidrieras que irradian de luz y color, o sus detalles modernistas, enigmáticos para cualquiera, convirtiéndolo en un espacio singular y mágico. Si compráis las entradas por Internet mejor, pero eso sí, esperar toca esperar colas en cualquiera de los casos. Aunque es uno de los focos de interés más importantes de la ciudad y todo el mundo ha visto alguna fotografía, quiero dejaros un timelapse magnífico que os emocionará si sois un poco aficionados a la Historia del Arte:



Para desconectar un poco decidimos acercarnos al puerto para sentarnos y descansar en el muelle, donde mucha gente pasea y toma el sol, por el camino vamos encontrándonos sin saberlo infinidad de rincones que planeabamos visitar más tarde, y es que a cada paso por la rambla conoces un poco más la historia de Barcelona. A la derecha el mercado de la Boquería, el Teatro Principal y el Teatro de Liceo, a la izquierda el Museo Erótico y el variopinto bar El Bosc de les Fades, y al fondo el monumento a Colón señalándo al Mediterráneo. Ahora es tiempo de volver al hotel, y quizá tomar algo por la noche.


Día 2:
Este era el día para conocer otro de los enclaves modernistas, pero de otro arquitecto, el espectacular Palau de la Música Catalana de Lluís Domènech i Montaner, sin duda el lugar que más me ha impactado, pese a que muchos turistas puedan desconocerlo. Está reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad y es tan impresionante por fuera como por dentro. Si bien la Sagrada Familia tiene mucha vida con sus vidrieras, el Palau es una explosión de color por su trencadís en las columnas y esculturas y la más preciada joya, la claraboya del techo de la sala de conciertos. Este recorrido es un must ya que incluye una visita guiada muy completa y podéis deleitaros con una pieza musical de órgano. Cada estancia es un regalo para los ojos que marcará un antes y un después en vuestra estancia en la ciudad.




Para continuar antes de comer nos quedamos por la zona, y andando un poco nos topamos con el Barrio Gótico, elegante y medieval, con su majestuosa Catedral, y la Basílica de Santa María del Mar.





Nos marchamos a la Plaza de Cataluña a comer algo rápido, y como en Barna todo queda a tiro de piedra, nos marchamos al mercado de la Boquería a tomarnos un smothie de frutas, atestado de puestos de este tipo, sin dejar de tener tiendas con productos curiosos como estos de las fotos.




Día 3: ¡Vámonos a Montjuic! Esta zona de Barcelona tiene unas vistas tremendas, como las ideas de ocio que se nos ocurren. Se puede visitar la Plaza de Toros de las Arenas, convertida en un centro comercial colosal y muy atractivo, sobre todo porque desde su azotea podemos comer y disfrutar del skyline de Barcelona, es una buenísima opción si no queremos gastar dinero en subir al teleférico o a la Pedrera.

***Esta es una buena ocasión para probar la gastronomía catalana, os recomiendo ir a La Botiga y tomar una copa de vino ecológica del Penedés con Pa de coca amb tomàquet (¡no se dice pantumaca!) para abrir boca, y continuar con Crema de carbassó amb iogurt grec i pipes de carbassa (crema de calabacín con yogur griego y pipas de calabaza), seguido de Arròs de muntanya amb botifarra, bolets i verdures (arroz montañés con butifarra, setas y verduras), o bien Pollastre de pagès farcit de brie, cuit a baixa temperatura amb salsa de foie (pollo del payés con brie y salsa de foie). Aunque cualquier elección que toméis será buena, porque viniendo de este restaurante será una delicatessen.





Completamos la visita a Montjuic con la subida hasta el Museu Nacional d´Art de Catalunya -tranquilos que hay escaleras mecánicas-, y ver la fuente mágica. Hay muchos lugares para pasear, tenéis cerca el Pueblo Español, un parque temático con reproducciones de diferentes pueblos de España y sus monumentos. En mi opinión sólo deberíais ir si vais a Barcelona por una semana, ya que quita mucho tiempo y no es algo "primordial".

Para cambiar de aires y poder sentarnos en el césped al sol a cargar las pilas, el mejor parque es el de la Ciutadella, próximo a la Villa Olímpica, y a un paseo de quince/ veinte minutos desde la playa. Al lado del parque está el zoológico, interesante, pero de nuevo no está entre nuestras prioridades conocerlo.

Dentro del parque resulta variopinto encontrar el Castillo de los Tres Dragones, una fuente enorme con esculturas, también de dragones, y gran vegetación, que le da un aspecto tropical con sus palmeras y aguas verdes. Además hay una estatua de un mamut, un invernadero, y muchísimas otras figuras.
Este oasis de paz y tranquilidad siempre está atestado, y también hay espacio para actividades deportivas y creativas, podemos encontrar pintores, teatros de marionetas, malabaristas o una batucada.

Si aún os quedan fuerzas para caminar, a la salida, en línea recta, os toparéis con el Arco del Triunfo.





Día 4: Una visita rápida y de vuelta a Madrid. Para la mayoría de los turistas el Parc Güell es un lugar indispensable para recorrer, pero en mi humilde opinión, no tan necesario, ya que se hace imposible ver lo más representativo del enclave sin estar agobiado por la muchedumbre, y si queréis pasearos por allí sin pagar la entrada no veréis gran cosa. Nosotros dimos una vuelta rápida pero no conseguimos ver demasiado, por lo que decidimos terminar nuestra estancia regresando a las ramblas y pasándonos por el Bosc de les Fades a tomar un vino "express". La decoración nos hace imaginarnos en un cuento de hadas como bien dice su nombre, pero se ha convertido en un local tan famoso que acaba siendo agobiante intentar tomar algo rodeado de turistas y fotógrafos amateur. Está bien pasarse para echar una ojeada, pero quizá no es el mejor bar para sentarse a beber un refresco.



Con esto termina nuestro periplo, y en resumen quiero deciros que:
1- No dejéis de visitar el Palau de la Música.
2- Para disfrutar de la panorámica no necesitáis gastar dinero, podéis ir a Montjuic.
3- Os ahorraréis en tiempo, dinero y decepciones si evitáis topicazos como pasar por el Parc Güell, subir a ver el puerto desde el monumento de Colón, o entrar a la Sagrada Familia, que si bien es cierto, ningún otro lugar se le asemeja, particularmente para mí, es demasiado caro para sólo acceder al interior sin participar en una visita guiada (14.8 €).


En fin, disfrutad del veranito, y disfrutar de Barcelona, que es un lugar que lo vale y mucho. Si ya la conocéis, ¿cuáles son vuestros lugares favoritos? ¿Sabéis de algún lugar original, creativo, o quizá diferente? Espero vuestras respuestas :).



PD: Por último quiero dejaros una curiosidad acerca de Barcelona, ¿sabíais que alberga un museo de carrozas funebres? Pues ya sabéis a dónde voy a ir la próxima vez que vuelva.


¡Hasta la próxima! ¡Adeu!

martes, 11 de febrero de 2014

Series que te mueven a viajar

¡Buenas!

Ya estoy de nuevo por aquí, vengo a haceros una pregunta, ¿qué películas o series os han animado a coger la maleta y conocer un lugar? Hoy trataré de recopilar todos aquellos sitios que por desgracia no conozco y me encantaría visitar algún día, en muchos casos ver series ha despertado mi interés por ellos, y en otros ya había investigado, pero el seguir a los personajes por las calles y paisajes sólo ha acrecentado mis ganas.

Las empresas turísticas saben de la gran importancia del séptimo arte para promocionar los destinos, y en gran medida se aprovechan de ello para obtener beneficios. Hay sitios por los que jamás habrías pensado pasar, tales como desiertos, barrios marginales, tiendas, casas, hoteles...pero si te dicen que allí se rodó Breaking Bad, Friends, Mad Men o Walking Dead, seguro que no te quedas indiferente. Evidentemente, lo normal no es cruzar el océano para ir a esos sitios en concreto, si no que tienen que aportar algo más al viajero, aunque todo va con el fanatismo de cada uno.

Aquí tenéis un mapa de Estados Unidos con muchas de las series grabadas en cada estado :)



La primera serie en mi lista es American Horror Story, acabo de terminar la tercera temporada  y muero de ganas de ir a Nueva Orleans, donde se rodó. No estoy muy contenta con la serie, pero una de las cosas que más me han enganchado han sido las localizaciones, con esas mansiones coloniales restauradas y en perfecto estado, los pantanos y la fauna, y qué decir del famosísimo cementerio que tantas leyendas guarda. Durante toda la serie está muy presente la cultura negra y el jazz, que hacen característico y tan especial a esta ciudad de Estados Unidos. 

En esta temporada un aquelarre se enfrenta al reto de enseñar a aprendices de brujas a utilizar sus poderes y a enfrentarse a un grupo de hechiceras vudú, enemistadas entre sí desde hace más de cuatro siglos. Lo cierto es que independientemente de los gustos de cada uno, esta serie se gana a mucha gente por sus cuidadas localizaciones. Os dejo unas fotos para que abráis boca.







Otra serie que me marcó mucho en la adolescencia es Everwood, que reconozco, a mucha gente no le sonará, y aquí me pasa más de lo mismo, son los espectaculares paisajes los que invitan a ver un capitulo detrás de otro. Está localizada en un pequeño pueblo de Colorado con la tipica estampa de campo americana.







Seguimos con las grandes y ruidosas ciudades, no soy una gran enamorada de este tipo de destinos, pero siempre han estado tan presente en películas y series que a todos nos ha apetecido pasear alguna vez por Manhattan, ir a las Vegas o a Atlantic City. En este sentido, las localizaciones y una buena ambientación en la época venden cualquier serie por muy insulsa que sea, da igual que vaya sobre gángsters durante la Ley Seca, de unas pijas adictas a las compras o de unos publicistas en la Gran Manzana.

Os recomiendo Boardwalk Empire, y eso que aún no la he visto, pero tanto la trama como los personajes y la época (años 20) están muy logrados, además han sido aplaudidos con múltiples galardones . La Ley Seca prohibía el consumo y venta de alcohol en Estados Unidos, y al contrario de lo que se pretendía, dio lugar a los años de más desfase y corrupción, donde las drogas, los casinos y los cabarets movían la vida de aquellos días.






Para terminar os dejo con Mad Men, donde una agencia de publicidad en los años 60 va haciendo carrera con grandes marcas, y entre tanto se tocan temas como la incorporación de la mujer al trabajo y el feminismo, la lucha por la igualdad entre blancos y negros, el movimiento hippie, etcétera. En mi opinión, durante la serie no es que ocurran demasiadas cosas dentro de la oficina, y se han esforzado tanto en plasmar fielmente la época que han incurrido en demasiados tópicos, y puede llegar a ser aburrida, sobre todo las dos primeras temporadas. Básicamente los personajes beben y fuman, y son infieles a sus parejas dentro y fuera del trabajo. El final me dejó bastante decepcionada, pero como estamos hablando de localizaciones, os diré que han hecho un trabajo excelente. Lo bueno de esta serie es que aparecen bastantes lugares a lo largo de las temporadas, y no sólo sucede en Nueva York, si no que la acción se traslada a otros estados y ciudades como California o Hawaii.



Espero que os haya gustado la entrada de hoy, y espero también que me comentéis y aconsejéis películas y series.
Algunas películas que me han marcado han sido:
 El piano (Nueva Zelanda), Amelie (París), Goodbye Lenin (Berlin), Diarios de motocicleta (Argentina), Memorias de África (Kenya), documental Earth, películas varias de Deepa Mehta (Agra, Benarés...), El Paciente inglés (Italia, Desierto del Sáhara) , Apocalypse Now (rodado en Filipinas, pero ambientado en Vietnam y Camboya), La pasión turca (Turquía), Apocalypto (Yucatán-México), La linterna roja (China), Siete años en el Tíbet (Lhasa, Himalaya), El mapa de los sonidos de Tokio (Tokio)....y un largo etcétera.

Hasta la próxima :)

miércoles, 1 de enero de 2014

Navidades en Viena y Bratislava

Como los buenos propósitos hay que tratar de cumplirlos desde el primer día, hoy 1 de enero os traigo la review de mi viaje a Viena del 26 al 30 de diciembre.
Aunque Viena apetece conocerla en cualquier época del año, se nos había antojado verla nevada y engalanada con los adornos y luces navideñas, pero para nuestra desgracia, no vimos caer un copo de nieve, aunque pudimos disfrutar de una agradable temperatura para las fechas y de su atmósfera festiva.





El hotel que elegimos tenía muy buenas críticas, y siendo una ciudad tan limpia como Viena, un hotel de 4 estrellas tiene perfectamente la misma consideración que en España. El hotel Mercure Grand Biedermaier se encuentra a tan sólo dos paradas de Stephansplatz y tiene muy buena conexión tanto por autobús como por metro. Se encuentra a 2 minutos de la estación de metro de Landstrasse Haupstrasse, donde además hay un centro comercial y la única estación de tren CAT, que ofrece línea directa sin paradas con el aeropuerto, por lo que en 20 minutos puedes estar ya en la habitación.

Lo primero que se debe hacer al llegar a Viena es comprar la Vienna Card (19.90 € para 72 horas) en el aeropuerto para beneficiarse de los descuentos en transporte y atractivos de la ciudad, y lo segundo es ir al hotel a dejar las cosas para poder darnos una vuelta. Como el viaje se hizo algo pesado y a las 12 ya teníamos hambre, decidimos ir a Stephansplazt, que seguramente sea la zona de Viena con más vida, para poder tomar algo o comer, y ya de paso ver las tiendas, y cómo no, la Iglesia de San Esteban.
Al día siguiente ya teníamos más jaleo, de ahí que el día anterior nos lo tomáramos con más calma y nos fuéramos pronto a descansar.
Una de las mejores opciones para pasar las mañanas y disfrutar de la luz es visitar alguno de los palacios vieneses. Como podríamos pasarnos días y semanas conociéndolos todos, hemos elegido dos por su importante valor: el Palacio Belvedere y el Palacio Schönbrunn.
Lo aconsejable es ver un palacio cada día pues puede llegar a saturar, y ya de paso visitar otros monumentos que se encuentren cerca, para aprovechar la visita lo máximo posible.
El día antes de marcharnos fuimos a Bratislava, que está a tan sólo una hora en tren. Lo mejor si queréis conocer otras ciudades es que lo dejéis para los últimos días, por si os quedáis sin tiempo de ver Viena en condiciones no sacrificarlo por Bratislava que se ve en medio día y tampoco tiene gran cosa.


El viernes 27 planeamos nuestra visita para el Belvedere, el cual alberga un famoso museo por sus obras de Klimt, como "El Beso", Egon Schiele, Monet, o Van Gogh entre muchos otros.
Con la Vienna Card o tarjeta de estudiante la entrada sale a 11.30€. Para llegar hay que tomar el metro hasta Museumsquartier o Karlsplatz (línea U2) y subirse en el tranvía D, bajándonos en   Schloß Belvedere. Si os gusta la pintura es una visita más que recomendable, pero si por el contrario vais por el hecho de conocer el palacio, es mejor que visitéis a Schönbrunn.

A eso de las 13:00 salimos del museo con dirección al Cementerio Zentralfriedhof, donde están enterradas muchas de las grandes figuras de la música clásica, tales como Mozart, Beethoven, Brahms, Strauss (músico), Strauss (director)…
Para llegar allí hay que tomar el metro y después el tren S7 de la compañía OBB hasta Zentralfriedhof. En nuestro caso compramos el viaje desde Madrid con la ida a las 14:11 y la vuelta a las 16:31. Para mi gusto es la mejor hora por la luz, ya que se consiguen unas fotografías muy bonitas, y a eso de las 16:15 ya es de noche.


El sábado 28 comenzamos con la visita a Schönbrunn, no tiene pérdida pues la estación tiene el mismo nombre (línea U4). El precio de la entrada al Grand Tour, que incluye todas las estancias del palacio, fue de 13.50 con la Vienna Card o carnet de estudiante. Este lugar es impresionante por su arquitectura, sus parques, jardines y fuentes que invitan a hacer deporte y a subir al café de la Gloriette, que hace sus veces de mirador, para disfrutar de las vistas y de un desayuno típico en un palacete, acompañado de un pianista tocando.


En mi opinión este ha sido uno de los lugares que más ha merecido la pena descubrir, si tienes la ocasión de ir no la dejes pasar, y si quieres disfrutar de unas increíbles vistas sin ser molestado por los turistas, subir hasta el café es la mejor opción, pero prepara el bolsillo, un par de tés y una porción de tarta cuestan 14 euros aproximadamente.

Ya, mucho más relajados nos dirigimos al Naschmarkt, en la parada Kettenbrückengasse o Karlsplatz de la línea U4. Aquí podemos encontrarnos fruta fresca, todo tipo de especias y restaurantes pintorescos con vistas al mercado. Es muy apetecible probar los bollos de semilla de amapola (mohnkuchen) y los punsch o el glüwein (vino caliente). En nuestro caso aprovechamos para comer en uno de los restaurantes más cercanos a Kettenbrückengasse, que servían la deliciosa Kartoffelsalat, unas típicas salchichas y un plato con hummus, Tzaziki, queso feta, etcétera. PD: lo típico cuando comes fuera en Viena es dejar propina de 2 o 3 euros. PD2: Tenéis que tener en cuenta que en Austria lo normal es comer sobre la 1, así que si vais más tarde de las tres seguramente os los encontréis cerrados, a menos que sea un Mcdonalds o algo por el estilo. Esto es aún peor cuando quieres cenar, que a las 9 ya no hay nada abierto y tampoco hay “chinos” o supermercados para comprar algo de picar.

Cansados de ir con prisas nos dirigimos a la Österreichische Nationalbibliothek para ver el Prunksaal, la zona antigua de la biblioteca, decorado con suntuosos frescos y estatuas de mármol, y que contiene además una colección de fotos antiguas, así como papiros, manuscritos y globos terráqueos. Esta visita era la que más ilusión me hacía ya que parece la mismísima biblioteca de la Bella y la Bestia y siempre me ha gustado conocer bibliotecas antiguas. Merece muchísimo la pena además de que es bastante económico: 7 €. Se encuentra situada en la parada de Herrengasse de la línea U3.

No muy lejos está la Iglesia Votiva y el Rathaus. Si quieres ir a la Iglesia Votiva, asegúrate de ir antes de las 18:00 y de que no sea lunes, pues estará cerrada, pero por fuera se encuentra en obras, así que sólo podrás encontrarte una malla de publicidad en la fachada, por lo que no tiene mucho interés. Su estación de metro es Schotenttor en la línea U2.


El domingo 29 lo empleamos en ir a Bratislava, ciudad sobre la que había leído muy poco y que por las fotos que había visto me tenía bastante ganada, aunque luego ello distaba mucho de la realidad y resultó ser una ciudad bastante poco turística, pero llamativa ya que viniendo de Viena supuso un gran cambio.

Los trenes a Bratislava salen de la estación de Simmering (línea U3) con la compañía OBB y cuestan ida y vuelta 15 euros por persona. Para aprovechar bien el día cogimos el tren a las 9:27 que llegaría una hora después a la estación de  Hlavna Stanica. De allí la forma más cómoda para llegar al centro es en  el tranvia número 13.

Algunos de los monumentos a visitar son: el Castillo de Bratislava, la Puerta de San Miguel, la Calle Michalska, la Plaza de Hlavne Namestie y Stare Mesto, el Ayuntamiento y el Palacio del Primado.
A las 13: 45, después de haber recorrido tranquilamente todo el centro de la ciudad, fuimos a comer en Prasna Basta, en la calle Zamonicka 11, un restaurante bastante típico, al lado de la calle Michalska y con unos platos muy interesantes. La cerveza de la zona es bastante buena, aprovechad para probarla.
Como ya no teníamos mucho más que ver en Bratislava y nos faltaba tiempo para hacer cosas en Viena, a las 15:27 nos cogimos el tren de nuevo en Hlavna Stanica.

En mi opinión la excursión a Bratislava fue diferente e interesante pero puede resultar una ciudad fea por lo poco cuidados que aparecen los edificios en cuanto sales de las cuatro calles principales. 
Llama la atención como se pasa de una ciudad lujosa y blanca a otra alicaida y de estética muy comunista. Esto se observa muy bien desde el castillo, con sus vistas a Petrzalca y su mar sin fin de bloques de casas multicolor.
Tampoco hay mucha vida en las calles a parte de los turistas sólo vimos a gente pidiendo, y bueno el día fue gris, desmereciendo más la visita. Si tenéis pensado ver bastantes cosas todavía en Viena, os recomiendo que prescindáis de Bratislava.


El día 30 nos quedaban algunas cosas pendientes y puesto que volábamos a las 19:30, aprovechamos la mañana y la tarde hasta el final.
La casa Hundertwasser Haus está situada en la calle Kegelgasse 34/38, para llegar hay que tomar el tranvía número 1 en Rathausplatz, Burgtheather y bajarse en Herzgasse. Este lugar se me antojó ya que es un famosísimo edificio modernista, que nos recuerda un poco a Klimt y Gaudí, pero que entre los turistas y las cien tiendas de souvenirs pierde mucho encanto, además no está tan cuidada como quisiéramos verla. El resultado es que nos podíamos haber ahorrado el viaje para hacer tres fotos. Tras 10 minutos allí nos volvimos a Rathaus y nos tomamos nuestro último punsch en Viena en la plaza, que estaba rodeada de los típicos puestos de vino caliente para celebrar allí la nochevieja.


Como la excursión que nos faltaba era la ópera, y quedaba cerca Naschmarkt, fuimos a comer de nuevo allí, aunque a un restaurante diferente y con el estómago lleno entramos en la Staatoper de Viena, cerca de Karlsplatz, donde asistimos a una visita guiada por su interior, viendo las diferentes estancias, como el escenario y la sala de butacas. Para mi gusto, yo que no soporto las multitudes, estaba bastante saturado y se hacía agobiante, además de que era difícil seguir las explicaciones con tantos grupos juntos. Aunque es curioso, si no tenéis un especial interés, podéis obviar la visita. Dura 40 minutos y cuesta 3.5 € con el carnet de estudiantes.

He intentado resumir la entrada para no hacerla demasiado extensa, pero con tantas cosas por ver en Viena es imposible. Esta es una de esas ciudades que no piensas visitar por ignorancia o porque nunca te ha llamado lo suficiente la atención, pero me ha sorprendido muy gratamente conocer un lugar con tanta cultura y tan limpio. Me ha servido para repasar alemán y ver la Navidad con más ilusión.


¡Que paséis felices fiestas, hasta otra! Chao chao




domingo, 15 de diciembre de 2013

Escapada a Valladolid: tierra de uva y castillos

¡Venga hombre que es domingo! No me diréis que os habéis pasado en casa el fin de semana sin salir...que vale que haga frío pero hay mil cosas ahí fuera esperándonos. ¿Qué os parece conocer cómo funciona una bodega, y luego tomarnos unos vinitos con queso? Pues eso fue exactamente lo que hice ayer con mi familia.

Había ido antes a una bodega, concretamente a la de González Byass en Jerez de la Frontera, que conoceréis sobre todo por "Tio Pepe". La experiencia fue muy buena, y quise repetir, ya que algún día querría hacer catas y volverme una entendida en el tema :p.  Después, de manera totalmente improvisada nos dirigimos a Medina del Campo a ver el Castillo de Mota tras comer en Rueda, pueblo donde se encontraban las bodegas.

¿Por qué Rueda?, Rueda en un pequeño pueblo de Valladolid conocido por sus vinos, tanto por su denominación de origen como por su gran cantidad de bodegas, e Yllera es una marca reconocida en este país tanto por sus tintos, sus verdejos como por sus espumosos, y teniendo en cuenta que es mi apellido (Illera)... pues siempre me había picado la curiosidad.

Reservamos la visita por teléfono, sin paquetes de experiencia de la Vida es Bella u otras marcas, y resultó ser más barato, incluyéndonos la visita a la bodega industrial y otra antigua, de uso turístico, y culminando con una degustación de un blanco y un tinto. El precio por persona fue de 7 euros, y había posibilidad de quedarse a comer dentro de la bodega antigua.

En la bodega industrial nos explicaron los diferentes procesos que llevan a transformar una uva en vino, y cuales eran las diferentes categorías de vino. También nos dijeron que el vino tinto de Yllera tiene diferentes procedencias y por eso no se puede catalogar en la denominación de origen Rueda, no ocurre lo mismo con algunos de los vinos blancos.
Ya en la segunda visita nos guiaron por dentro de la bodega más vieja, que almacenaba el vino de todo el pueblo hasta que en los años 90, debido a un incendio, pasó a ser exclusivo de la familia Yllera, y a tener un fin turístico. Una manera original de darle salida fue relacionar el laberinto interno con la mitología griega y la historia del minotauro, y cada vino y sala con los personajes que intervinieron en dichas aventuras.




Considero que esta primera excursión fue de gran interés, tanto por el recorrido como por las explicaciones de la guía, que sabía bien de lo que hablaba y conocía cómo funciona la industria. Eso sí, hay que ir bastante abrigado, y es recomendable ir con mejor tiempo pues Valladolid es un infierno helado, y esto no hizo si no empeorar cuando decidimos marcharnos a Medina del Campo.
La zona de Rueda y Medina del Campo muy animada no es, más bien parecen pueblos fantasma, y cuando tratas de encontrar sitio para comer te das cuenta de que los restaurantes están abiertos sólo para ti.

Del Castillo de Mota no tengo mucho que decir, fue uno de los castillos fortalezas más importantes del medievo en Europa, y en él fallecería Isabel la Católica. En mi opinión no merece la pena pagar por entrar pues las estancias a las que se puede acceder son las mismas con la excursión contratada que sin ella. Cierto es que tienes opción a bajar a las galerías subterráneas y también te enseñan unos yacimientos de la Etapa de Hierro encontrados en el recinto, pero la verdad es que todo el mundo esperaba más. Esta confusión se debe a que el castillo fue restaurado y algunas de las estancias fueron transformadas en el siglo XX en salas de formación para los funcionarios de la Junta de Castilla y León, lo que resulta muy decepcionante. Sin embargo os invito a que lo visitéis ya que es gratis, y es un lugar muy importante de Castilla y para la historia de España.
Mi recomendación es que si queréis visitar un castillo, palacio, etcétera, os enteréis antes de qué incluye la visita y con qué os vais a encontrar, no vaya a ser que deseéis no haberos levantado del sofá.
Cualquier comentario será bienvenido. ¡Nos vemos!


sábado, 28 de septiembre de 2013

Londres Septiembre´13

No se puede ir dejando de lado el blog, que luego cuesta retomarlo muchísimo, y tengo muchas cosas que contar desde la última vez. Para no adelantar acontecimientos, que luego me tomo mi tiempo para volver a escribir, hoy sólo os voy a contar mi viaje a Londres del 11 al 16 de septiembre, que no es poco para una entrada.
Para empezar, he de decir que no era la primera vez que iba a la capital británica, ya había visto unas cuantas cosas, pero siempre a prisa, y sin saborear muy bien lo que estaba viendo. Esta vez tampoco es que me haya tomado mucho tiempo en cada sitio al que he ido, pero he sabido elegir los lugares que más me interesaban, y entre los días de lluvia, que era septiembre y había menos turistas, el clima era más bien relajado.
Todo el viaje lo organicé yo, aunque fui con mi pareja, pero me encanta hacerlo yo, y además que me viene bien para un futuro, cuando trabaje en una agencia de viajes. Sólo hay que echarle un poco de tiempo e ilusión.
El vuelo lo cogimos con Rumbo, y volamos con Iberia desde Barajas, aunque los billetes los vende British Airways como ya sabréis. La ida y vuelta nos salió a 150 euros, llevando los dos bolsa de mano y una maleta, mochila y bolso colgados, y sin problemas, no como con otras compañías que te cobran por respirar, eso si, con  el billete "más barato". Por supuesto llevabamos algo de dinero en efectivo, yo sólo pedí 100 libras en el Santander, y me hicieron el cambio a 0.8 aproximadamente, así que no fue muy caro. Nada más llegar pagamos el billete de metro hasta donde nos hospedábamos, Hammersmith, que estaba bien conectado con Heathrow y a 20 minutos del centro. El precio del billete fue de 5, 50 libras, y la travelcard para 7 días (sólo hay de 1,5 o 7 días) fue de 40 libras.
El hotel, de 3 estrellas cumplió con lo que se esperaba de él para 5 días de estancia: habitación doble y baño con ducha, lavabo y váter, desayuno incluido y buen servicio. Os invito a que lo conozcáis si vais a Londres, pues la mayoría de los hoteles/hostales son casas del año 10 reconvertidas, y que distan mucho de lo que se espera de un alojamiento de calidad. El precio al que nos salió fue a 380 libras aproximadamente. Os dejo el link del hotel :), el Saba:
http://www.booking.com/hotel/gb/saba-london.es.html
Pd: aunque mucha gente se queja de que no le pusieran el edificio principal, el edificio secundario no tiene ninguna pega, lo único, que sepáis que no tiene ascensor, por lo que espero que os toque en la primera planta. Está próximo a unas vías de tren del metro, pero no impide dormir por las noches, además que a las 12 cierra el metro.

Ahora bien, vamos con el plan de las excursiones:

El miércoles nada más llegar y dejar las cosas en el hotel, acuciaba el hambre, y no eran ni la 1, así que apetecía probar algo de la zona. El wagamama es una cadena de restaurantes tipo Wok, con precios asequibles y platos atractivos, so there we go!
Udón de jenjibre y lima
Pollo al curry con arroz y ensalada
Y ya con el estómago lleno no ibamos a desperdiciar el día descansando en la habitación, así que la primera parada fue el Natural History Museum, un sitio increíble, no sólo por lo que alberga, si no por la propia arquitectura del edificio. Este museo es una visita OBLIGADA si vas a Londres, y no os preocupéis, porque se ve en hora y media, tampoco hay que pasar el día allí. Por cierto, por si no lo sabíais, la entrada a cualquiera de los museos es gratuita :).
Como Harrods quedaba a tiro de piedra y nunca pude pasarme las anteriores veces que estuve en la ciudad, me pareció una buena idea. Choca la idea de los centros comerciales en España, y ver cómo los ingleses le dan un toque de glamour y distinción a todas sus tiendas. Si queréis algo de papeo no es muy caro, pero si compráis dulces, ropa o cualquier otra cosa, os arruinaréis, mejor no mirar los precios.
Harrods

El jueves apetecía ir a Hyde Park y al British Museum. Lloviznaba y había preparado un maratón en el parque (no sé cómo lo hago pero siempre voy el día que los organizan u.u), lo bueno es que no había mucha gente paseando, sólo gente corriendo. Como no conocía Carnaby Street ni Covent Garden dimos una vuelta por allí y aprovechamos para ir a comer a Wahaca, una cadena de restaurantes mexicanos bastante auténticos, en el cual esperaba comer insectos, pero para mi desgracia, en ese local no lo hacía, y además ya no servían desde agosto :(. Aun así, la comida deliciosa, aunque acabé saturada para una tarde de museo. Nosotros elegimos una selección de platos del restaurante por 20 libras, sin incluir la bebida.


En el British sí que se encontraba gente, sobre todo japoneses en hordas. El museo fue espectacular por la importancia de sus obras, pero como dije con el Natural History Museum, no hace falta echar el día, hay que saber dónde pararse a mirar y de qué pasar. Me quedo con las momias egipcias y los murales de piedra del período asirio.

Y por fin llegó el día que más deseaba, y es que mirando por Internet un día descubrí que se hacían visitas guiadas al cementerio de Highgate, y sí, soy una loca de los cementerios, pero sobre todo loca de amor por este, su historia, su ubicación y su impresionante arquitectura. Las excursiones tenéis que contratarlas con antelación, porque parece que no, pero se venden todas. Todos los días de lunes a viernes se hace el tour guiado a las 13.45 con un guía, muy agradable y muy brit por cierto, pero eso sí, las explicaciones las da en inglés. Los sábados tienen varios horarios. Os dejo el link para las reservas.

http://www.eventbrite.co.uk/org/2895228721

Lo llamativo de este cementerio es que se encuentra lleno de vegetación, con unas hermosas esculturas de ángeles y cruces celtas. Los mausoleos no tienen parangón, pensad que se empezó a construir en el siglo XIX siguiendo el modelo victoriano, y la gente que allí era enterrada eran la élite de la época, por lo que no reparaban en gastos. Caben destacar la avenida egipcia del cementerio oeste, y la tumba de Karl Marx en el cementerio este.



Como el horario es un poco complicado para comer, lo que hicimos fue ir primero a Baker Street a ver el museo de Sherlock Holmes, y hacer la foto de rigor, pero por esa zona había poco que ver, así pues con las mismas nos fuimos a Camden, que nos venía bastante bien para luego ir al cementerio. Aunque personalmente siempre me apetece dar una vuelta por Camden, considero que ha perdido toda la gracia, convirtiéndose en otro sitio de turisteo, cuando originalmente era un lugar bastante alternativo y cosmopolita. Después de ir de tiendas fuimos a comer algo para llevar, más pollo curry, aunque no estaba ni la mitad de bueno que en cualquier restaurante, era bastante barato.

Al final nos pilló la hora y tuvimos que salir corriendo, cogimos el metro hasta Archway, desde donde teníamos que coger un autobús para cuatro paradas hasta la zona más cercana al cementerio, y una cosa que no había previsto, atravesar un parque para dar finalmente con el sitio. Mi recomendación es que vayáis con tiempo, no como nosotros (la culpa fue mía, Camden me absorbe >_<), el guía y la conserje nos esperaban en la puerta, pero por suerte, no eramos los únicos en llegar tarde.

El día fue muy interesante, pero muy cansado, acabamos volviendo al hotel casi a las 6 de la tarde, ya que después de la visita guiada nos fuimos a la parte este a ver el resto de tumbas, y ver al señor Marx. 
En vez de irnos a dormir, tuvimos la maravillosa idea de ir al Electric Dreams a una sesión de música ochentera, y no sólo no encontramos el local (los ingleses ponen los números de las calles al tuntun), si no que nos cayó todo el chaparrón, que acabamos caladísimos, y lo único que encontramos fue el McDonald de turno abierto. Para el colofón, los taxis no paraban, y la gente no tenía ni idea del sitio por el que preguntábamos, tanto es así que el mismo puerta de la discoteca nos dijo que no era allí, y nos tuvo dando vueltas una hora...Un taxista se compadeció de nosotros y nos llevó de vuelta al hotel por 35 libras, un horror de noche vamos.

Al día siguiente no teníamos muchos planes, sólo salir de noche con una amiga que vive en Inglaterra y conocí la vez primera que fui allí para estudiar. Fuimos tranquilamente a Camden, a ver ropa con más calma, y esta vez comimos en condiciones, sentados en un restaurante. Personalmente, es el restaurante más auténtico y raro en el que he estado, el Shaka Zulu, un oasis de tranquilidad en medio del frenético Camden. La comida es sudafricana, y todo lo que alcance tu vista, tanto las paredes, como las mesas, las sillas, el techo... está trabajado en madera con tal esmero que podría pasar por un museo étnico. El restaurante consta de dos plantas y tiene colosales dimensiones.
Me moría de ganas de ir a este restaurante que descubrí hace años, no sólo por probar el estilo de comida sudafricana, si no también para probar diferentes carnes a las que no estamos muy acostumbrados. A modo de snack nos sirvieron una especie de fuet de búfalo, algo seco pero rico, y para continuar nos pedimos un entrante de cocodrilo, algo así como unos rollitos de primavera, muy sabroso (sabía a pollo).

Brochetas de pollo con albaricoque y salsa de melocotón

Pastel de carne con  basmati especiado y salsa de melocotón

A la noche salimos al Slimelight, la discoteca gótica por excelencia, y pese a todo el renombre que tiene, me pareció que la música que pusieron era para amansar a las ovejas, y ya es decir. Pero fue una buena ocasión para ver a mi amiga.

El "último día en la ciudad" nos dispusimos a ver la Torre de Londres, más que nada porque es de esos sitios que tienes que ver aunque sea de pasada cuando vas varias veces a la misma ciudad. El precio de entrada es bastante caro para lo que ofrece, entiendo que sea elevada por las joyas de la corona, la seguridad, etcétera, pero se suben mucho. La entrada nos costó 40 libras para dos adultos, y la compramos con antelación por la web, y creedme cuando os digo que se ve en hora y media.
Una vez salimos de allí, quedamos con mi amiga y otro amigo suyo para ver la iglesia de Saint Dunstan Hill, cercana a la parada de The Monument. Es un sitio muy especial, pues jamás la vereis incluida en un catálogo o en una guia de cosas para ver por la ciudad. Me topé con ella mirando por Internet sitios abandonados o medio derruidos, y de ahí su belleza, una iglesia gótica que fue consumida por las llamas en el gran incendio de 1666, y posteriormente por un bombardeo en 1941. Pese a ello, parte de la arquitectura se conserva intacta, y la vegetación encuentra en ella cualquier rincón para crecer.



Para acabar el día fuimos a cenar a un restaurante estilo hindú en el que servían insectos, lo que no sabíamos es que estaba cerrado, así que medio moribundos de andar y correr de un lado a otro, llegamos a Chinatown en el Soho, y nos clavaron en un restaurante muy céntrico, pero muy caro para comer lo mismo que en Madrid.

Nuestra aventura termina en Heathrow el lunes 16 de septiembre con una larga y exhaustiva revisión de la maleta donde llevaba un desodorante, y un yogur en el bolso. Nos dejaron tan poco tiempo para comer en el aeropuerto antes de volar que engullimos la comida del Giraffe, una cadena muy Vips, pero con comida étnica. Pedimos un plato mediterráneo-griego con hummus, falafel... y unos nachos. Bueno, bonito y barato.

Ya sé que esta entrada es muy extensa, pero espero que os haya dado una idea de que Londres no es sólo el Parliament, el Big Ben y el London Bridge, y os anime a buscar sitios nuevos que guardar en vuestra retina. Ha sido una experiencia genial, aunque hemos descansado poquito y las piernas se resienten de tanto andar, pero si quereis hacer un turismo activo y no subiros a un autobús que os haga el tour, es lo que hay que hacer, moverse.
Espero que os haya gustado, y espero contaros pronto muchos otros viajes más.
¡Nos vemos!

lunes, 8 de julio de 2013

El genocidio armenio, el nunca contado en los libros

Después de tomarme unos meses de descanso con el blog, entre exámenes, trabajos y demás preocupaciones, creo que es hora de volver a ponerlo en marcha con energías renovadas. Trataré de contar todo lo que he ido haciendo este tiempo, además de las exposiciones que vea, y los viajes y actividades que tengo programados para el verano.

Empezaré hablando de un documental que mezcla música e historia, y cómo la letra de las canciones puede mover masas y concienciar acerca de hechos que no aparecen en los libros. De víctimas de masacres que no son reconocidas como tal porque a los gobiernos no les interesa.

Ayer por la tarde, investigando en Internet  sobre System of a Down, uno de mis grupos favoritos de Nu metal- porque escucho de todo- , me he topado con un documental en el que Serj Tankian, su cantante, y el resto de los miembros, explicaban los orígenes de su familia y la relación con las letras de sus canciones. Y diréis, ¿qué pinta esto en tu blog? Pues bien,  todos integrantes del grupo provienen de familias armenias que vivían en la región de Anatolia, en Turquía, a principios del siglo XX.

El pueblo armenio era cristiano y en algunos pueblos constituía la mitad de la población. Lo que mucha gente no sabe, es que en el año 1915 allí se iniciaría un genocidio que terminaría en 1923, y que nunca ha sido reconocido por países como Estados Unidos y Reino Unido,  y por supuesto, por Turquía, lo cual es inconcebible.

En el vídeo se recogen los testimonios  de los abuelos de los integrantes del grupo,  supervivientes al genocidio, así como el intento de sus nietos por llegar al Senado y al público con un mensaje claro, esto no puede seguir ocultándose.

Me llama la atención que el mismo Hitler dijera “¿quién se acuerda de los armenios?”, ese podría ser el resumen del film.

System of a Down es después de The Beatles, la primera banda en alcanzar dos veces la cima de ventas de álbumes en Estados Unidos en el mismo año, con Mezmerize e Hypnotize, y en ello ha ayudado mucho las polémicas letras en contra de la guerra de Irak y Afganistán, la sociedad consumista y el falso estandarte de libertad que los Estados Unidos se empeña en vendernos.
Os guste o no la música de SOAD, viene bien conocer la historia de primera mano con este documental, espero que os sea de interés.

Os dejo el enlace: